En un mundo hipersexualizado y en el que el cuerpo de la mujer opera como fetiche sexual y como artefacto bipolar, entre la representación de la belleza y el centro de la pornografía, la fotografía como lenguaje artístico abunda en el uso de la imagen y especialmente del retrato más allá del sexo, con formas que hasta ahora habrían sido inaceptables en las estructuras artísticas. Sin embargo lo que ayer era tabú hoy se muestra sin problemas en exposiciones y publicaciones de arte, y circula por internet libremente.
Esta segunda edición de TODO RETRATO ES PORNOGRÁFICO incluye un nuevo ensayo llamado POSTEROTISMO. En este se prosigue el análisis de representaciones visuales en un mundo hipersexualizado, incorporando otras preguntas como: ¿Qué implica la pornografía desarrollada actualmente mediante inteligencia artificial? ¿Por qué utilizamos la palabra erotismo y no afrodisíaco para hablar de experiencias de sexualidad? ¿Por qué la vejez ha sido “des erotizada”? Preguntas que planteamos pero que no se contestan fácilmente.