Nacida en Suecia en 1862, desde muy niña, Hilma Af Klint supo que de mayor sería artista y que su vida estaría llena de magia y misterio. Hilma vivió en una época en la que a la gente le fascinaba lo que no podía ver. La invención del telégrafo y el teléfono hizo posible la comunicación a larga distancia, y los espiritistas creían que era posible hablar con los muertos.

Pionera de la abstracción, cuando Hilma empezó a oír a los espíritus, encontró un nuevo tema que desarrollar en sus cuadros. Su excepcional obra, precursora, antes que la de Kandinsky del movimiento abstracto, cayó en el olvido durante cien años, pero cuando fueron redescubiertos cambiaron la historia del arte.

Delicadamente ilustrado, este libro acerca a los más pequeños a la obra y vida de esta singular artista.