La fotógrafa Helen Levitt, nacida en Brooklyn, trabajó como ayudante de Walker Evans y fue amiga de Henri Cartier-Bresson. A pesar de estas fuertes influencias forjó su propio camino como artista con una feroz independencia y una curiosidad infinita por el mundo que la rodeaba. Helen Levitt es sobre todo reconocida por su trabajo como fotógrafa de calle, en las que captaba a niños jugando en el Nueva York de la era de la Depresión, pero también se fijó en el mundo de los adultos, dotando sus fotografías de sentido del movimiento, fugacidad y teatralidad.

Tras su primera exposición individual en el MoMA en 1943, se dedicó durante más de una década al cine, regresando a la fotografía a finales de la década de 1950, cuando comenzó a alternar el trabajo en y en blanco y negro.

Sus fotografías están llenas de sentido del humor y poesía y muestran un Nueva York, que, a pesar de la Depresión, estaba lleno de vida.