En este pequeño ensayo Winston Churchill nos habla de su pasión por la pintura. Esta afición por los pinceles, que nació como antídoto a una depresión, el acompañaría el resto de sus días.
Fuera de la vida política, Churchill fue un verdadero erudito y un historiador prolífico, entre cuyos trabajos cabe destacar la obra en dieciséis volúmenes sobre las dos guerras mundiales que le valió el Premio Nobel de Literatura.